Los aceites vegetales y las esencias de las plantas nos ofrecen una gran sensación de bienestar, energía y
vitalidad, además del don de reforzar nuestra salud. Porque un aroma es algo más que la activación de nuestro olfato,
que la capacidad de evocar recuerdos y sensaciones. Es importante saber aprovechar sus propiedades curativas. Estos
aceites esenciales se pueden aplicar a nivel externo e interno y actúan sobre nuestro organismo de forma global:
activan la producción de hormonas, relajan nuestro sistema nervioso y nos hacen más receptivos, y favorecen la
capacidad de concentración y razonamiento.