"He aquí una obra genialmente extraña, estéticamente perfecta, que merece ser leída, releída y apreciada despaciosamente."
GERARDO MELLO MOURÃO
¿Qué será verdad y qué será mentira cuando se intenta rescatar la trágica y fugaz existencia de Isidore Ducasse, conde de Lautréamont? ¿Y qué será verdad o fruto de una delirante imaginación cuando nos sumergimos en las páginas de este extraño, anfractuoso y sombrío relato en el que el escritor Ruy Câmara busca recomponer lo que fue el breve y turbulento periplo terrestre del autor de los Cantos de Maldoror?
Es muy poco lo que se sabe de la vida, e incluso de la obra, de Lautréamont y aquí resurge vivo y más maldito que nunca en estas páginas de insólito y alucinado memorialismo con pasajes en los que nos sentimos cómplices de aquellos momentos de un pasado que, aunque muerto, insiste en no morir.
Cabría decir que, en cierto modo, Ruy Câmara renueva el género de la biografía novelada dejándose intencionadamente "contaminar" por el drama existencial y la locura del personaje biografiado, aproximándose así a instancias anímicas y psicopatológicas que resultarían inaccesibles si su relato mantuviese aquella distancia histórica y emocional de la que tanto se precian los biógrafos desde James Boswell. Y así resulta un retrato que se diría táctil y casi sangriento del hasta hoy escasamente conocido Isidore Ducasse, tan explorado por los estudios psicoanalíticos y las tesis existencialistas durante el siglo XX, y que luego sería un tiempo olvidado, para ser después varias veces redescubierto, como lo ha sido ahora, en el umbral del tercer milenio, por Ruy Câmara en estos espléndidos y perturbadores Cantos de otoño.
Ivan Junqueira, de la Academia Brasileira de Letras