Roberto Doni tiene más de sesenta años y es
fiscal en Milán: serio, formal, inaccesible, su vida transcurre con
total normalidad junto a una mujer inteligente y, de vez en cuando, se
preocupa porque su hija haya decidido llevar su vida con total
independencia. Sin embargo, esa cotidianidad empezará a resquebrajarse
cuando se llame a declarar a un albañil tunecino acusado de cometer un
crimen en la Via Padova que ha puesto en alerta a los medios de
comunicación. A pesar de que el acusado está preparado para declararse
culpable, una joven periodista acude a Doni para decirle que pida la
absolución del albañil, puesto que cree en su inocencia y, además, cree
que puede demostrarla.